Día 6 de julio de 2011
Nueve y media de la mañana los becarios nos encontrábamos en el Salón de actos del área de educación de la Universidad Autónoma de Madrid. Aún no empezaba a hacer estragos en los compañeros el cambio de horario de México a Madrid, principalmente debido a la emoción de estar en otro país, la mal llamada “Madre Patria” que lleva a pensar de inmediato en quién será el “Padre Patrio” de la nación mexicana. La alegría era la píldora que mataba los efectos de encontrarse en pocos días en otras coordenadas geográficas.
El seminario que iniciaba esa mañana llevó como título “Desarrollo audiovisual de contenidos educativos”. El catedrático a cargo, mostró un video que elaboraron sus estudiantes. Las imágenes mostraban a un joven que se presentaba por primera vez a solicitar un puesto de trabajo en una compañía. Era un manual de cómo hacer y no hacer en ese contexto para lograr conseguir el empleo ante los ojos rigurosos del entrevistador. Y ahí empezó el asunto de lo que teníamos que hacer al final del curso: elaborar un video de carácter educativo, con dos herramientas de fácil acceso para todos, una cámara de video y una computadora con el sistema operativo Windows de Microsoft que contenga el software de Movie Maker. Hizo el hincapié de que cualquiera podía hacer un video, que no había impedimento alguno. Bastaba contar una historia, para lo cual se requería una guía de contenidos qué presentar y otra de intenciones, y por supuesto, el texto narrativo que acompañaría y sería el eje del video. Éste no pasaría de los cinco minutos. “Por cada minuto de video habrá horas de planeación sobre lo que se presenta” nos decía con orgullo el español. Buscaba inspirar confianza, pero los docentes en su mayoría no habían experimentado en la grabación y edición de un video. Los viejos alfabetismos en nuestras mentes tendrían que renacer en un nuevo alfabetismo digital. Se integraron los equipos y empezó la batalla de las ideas entre los integrantes por conseguir imponer su propio interés en algún tema académico.
7 de julio
Una mañana interesante por la temática que todos querían escuchar: El sistema educativo español, el seminario que se presentaba este día. El Doctor hizo una presentación sucinta de la historia de España desde la Edad Media, la dominación de los musulmanes, la reconquista por parte de los reyes católicos, la monarquía, la primera y segunda república, la guerra civil, la dictadura de Franco y la constitución democrática de 1978, así como de la monarquía restaurada de Juan Carlos I de Borbón. Explicó la forma de gobierno del reino de España y sobre las comunidades autonómicas. Todo ello, como preámbulo sobre el sistema educativo, desde la constitución de 1812, la ley Moyano de 1857 y hasta la Ley general de educación de 1970. Expuso sobre la estructura de los niveles educativos y de las leyes que rigen la educación secundaria obligatoria.
Y sin duda, lo que impactó en los asistentes al seminario fue la comparación de los modelos educativos en Europa: el modelo nórdico; el centroeuropeo; el modelo napoleónico, mediteráneo y latino; el modelo británico. Puntualizó sobre las ventajas y desventajas que tiene cada modelo y de lo que le hace falta a España para elevar su calidad educativa.
En la tarde, se tuvo otro seminario. Las competencias clave: nuevo paradigma de aprendizaje en la enseñanza básica. Se habló de la globalización, la integración europea, el multiculturalismo, el neoliberalismo, la sociedad del conocimiento, la competitividad. Se abordó el asunto de las pruebas internacionales educativas y las pruebas nacionales de diagnóstico en España. Y se tocó por supuesto lo que se denominan las competencias básicas, en dos dos ramas, la lengua y las matemáticas, así como las nuevas competencias clave, que son las tecnologías de la información y los idiomas. Nos hizo hincapié, el expositor, en que las destrezas no son competencias y que éstas no son capacidades.
8 de julio
Ahora sí se empieza a sentir los efectos del cambio de horario. Son siete horas de diferencia y los becarios mexicanos después de caminar por el centro de Madrid todas las tardes hasta que se oculta el sol, el cansancio se hace presente en sus cuerpos.
Una experta internacional en educación por competencias se hace presente este día, con su seminario “Formación basada en competencias”. Varios mexicanos han leído sus aportaciones en este campo en sus estudios de posgrado. Aunque es un hecho importante estar ahí, el cansancio se observa en los becarios. No hay conexión entre la ponente y los oyentes. Se tensa la relación. Muchos empiezan a dormitar en el salón de actos. La crisis se hace evidente. El cansancio de los días previos de explorar la capital del reino de España brota en los beneficiados por el programa de Bécalos.
Sin duda es una conferencia magistral sobre las competencias educativas. Es la experta, la que domina la temática, la gurú, la guía. Pero hay inquietud. Una docente mexicana toma el micrófono y cuestiona. Da a entender que somos agentes pasivos y la ponente está recurriendo a una práctica tradicionalista. Se defiende ante la observación. El marco teórico es necesario. Más delante, la aplicabilidad se observará en el otro seminario que impartirá. Hay un punto de quiebre. El desgaste mexicano colapsó lo que pudo ser una excelente ponencia ese día.
9 de julio
Los mexicanos salen de paseo conducidos por los catedráticos de la Universidad Autónoma de Madrid. Dos autobuses. A conocer la sierra de Madrid. Nos dirigimos al norte de la capital. Es una experiencia fantástica. Conocemos una pequeña área de reserva natural que se usa para la enseñanza medioambiental. Arboles y muestras de los diversos minerales que dan origen al paisaje de la sierra. Un museo con maquetas de las diferentes características del paisaje. Una sala con un audiovisual que nos muestra la historia de la exploración que hicieron los naturalistas en épocas pasadas. Imágenes de las montañas con nieve. Interesante. Pero sin duda los españoles, en secreto, envidian la megabiodiversidad que hay en nuestro país.
La alegría se apodera de muchos mexicanos. En Manzanares estamos frente a un Castillo. Los cuentos infantiles de princesas encerradas en las torres, de príncipes y castillos, solo han existido en nuestra imaginación. Ahora estamos ahí, frente a un castillo, piedra a piedra que podemos ver. Cerca de ahí hay un campo que recrea las antiguas batallas entre los caballeros, lanza contra lanza, caballo contra caballo y sus respectivos escudos protectores. Quien cae del caballo perderá. Jóvenes españoles vestidos a la vieja usanza. Las profesoras no pierden instante alguno para tomarse fotografías con esos caballeros del siglo XXI. Rodeamos el Castillo de Manzanares, entramos en él. Impacta su estructura, la fortaleza que dan las piedras. Es un lugar alto donde se ubica la construcción, donde se puede observar los campos circundantes. No hubo tiempo de entrar al museo interior. En un campo vecino, hay tiendas de campaña al estilo medieval. Es mágico aquello, porque parece que estamos en la época medieval. Las cámaras fotográficas capturan el momento.
Después de recorrer la carretera, más hacia el norte, hemos llegado al centro de la sierra de Madrid. Se siente un poco de frío en el verano español. Es el tipo de paisajes que fascina a los pintores. Hacemos una parada en un sitio que en invierno se usa para esquiar. Un doctor español nos habla de la implicaciones negativas en la ecología que tiene ese tipo de actividad. Sí, se observa triste y desolado, seco y sin vida la pista. Nuestras miradas más bien están sobre los lejanos valles que se encuentran abajo. Nos vamos y empezamos a encaminar a unas terribles curvas, mucho más cerradas que las de Mil Cumbres de Michoacán. No pasa desapercibido ante nuestros ojos el hecho de que muchos españoles toman sus bicicletas y se encaminan por la carretera a pasear por los sitios naturales.
Más delante y tiempo después, hemos llegado a Segovia. Lo que impresiona ahí es todo: el Acueducto Romano de principios de nuestra era, la Catedral Segoviana con estilo gótico y el Alcázar de los reyes castellanos. El acueducto es piedra sobre piedra, sin material que les dé compactación como en el Acueducto de Morelia. Rocas muy grandes. El historiador que nos acompaña se cuestiona la razón por la cual fue construido cuando la población romana era relativamente pequeña. Es una interrogante interesante: ¿para que haber empleado mucha energía para construir ese acueducto de dimensiones monumentales para abastecer a una mínima población de legionarios romanos?
El Alcazar o Castillo con su profunda fosa, es un museo que nos muestra la forma en que vivían los reyes. Todo tipo de reliquias y de armas existen ahí. Para subir a las torres más altas, hay que subir por unas escaleras en forma de caracol en un espacio muy estrecho. Desde arriba se observa a lo lejos una capilla que perteneció a la Orden de los Templarios.
Es una ciudad completamente diferente a las que construyeron los españoles en la Nueva España. Un día que nos conduce a épocas que conocemos por las historias que nos han legado los escritores de la lengua española. Un buen viaje, extraordinario día en España.
10 de julio
Domingo en Madrid. Los catedráticos del centro nos reservaron este día para conocer partes de Madrid. Hacemos el recorrido en dos autobuses. Nos llevan a un antiguo edificio egipcio que fue donado a España. Ahí está un parque donde se puede apreciar parte de la capital española. Nos explican la formación de la ciudad y las razones por las cuales hay muchas áreas verdes. Hablan de los pequeños ríos que atraviesan la ciudad. Hay en las escalinatas, una escultura empotrada en la pared en memoria de los muertos de la guerra civil española.
De ahí nos fuimos a la Catedral de Madrid. Un edificio con una mezcolanza de estilos arquitectónicos. De ahí pasamos a la Plaza Mayor, con un previo a un mercado tradicional. Les encantaba a los reyes los monumentos ecuestres. Sinónimo de poder, de gallardía, de liderazgo de sus ejércitos matamoros. La visita se hizo a paso veloz, con algunas paradas para recibir la explicación de los hechos históricos del lugar donde nos situábamos. El destino final del recorrido fue el famoso barrio de Lavapiés, donde se ubica una estatua con la figura del famoso canta-autor “El flaco de oro”. Interesante historia que conocimos sobre ese barrio, la forma en que los inmigrantes y gente pobre se adueñaba de edificios. Según ellos, es un barrio bravo, peligroso. Había que tener precaución en ese lugar. Sin embargo, para muchos es más peligroso Tepito en la ciudad de México o cualquier lugar de Tierra Caliente en Michoacán. Se termina la visita guiada y cada quien se va a comer a diferentes lugares. La tarde se aprovecha para conocer más lugares.
Cae la noche y termina la primera semana en España.