Hay días, donde no existen los humanos para mí, que me encuentro en algún paraje, a buscar entre las rocas, en las plantas, en la maleza, donde sea, a cualquier bicho que quiera ser fotografiado, y cuya imagen perdure en mis recuerdos.
Desde la lejanía de mis ojos, se ven minúsculos y sin color aparente, pero al acercarme hacia ellos con la lente, la complejidad de su estructura se muestra a mi vista, con detalles asombrosos, imágenes que no se ven fácilmente a diario.
Y su vida, es lo triste para mí, es tan corta, a pesar de que hay más insectos y artrópodos que humanos en el planeta. Sin embargo, este planeta también es de ellos, seres vivientes, y para algunas religiones, depositarios temporales de almas humanas que no han logrado purificarse para alcanzar la iluminación.
No sé si en algún insecto, en verdad, haya un alma humana expiando lo que hizo antes de morir en su otra vida, pero por lo mientras, habrá que respetar esa existencia, para que cumpla su misión, dentro de su ecosistema y quizás en un proceso cósmico de redención de almas. Evito en lo posible, que mis semejantes asesinen a mis lindas arañitas.
Una mirada que cautiva
De otro mundo.
Colores intensos.
Con estos párrafos me vino a la mente lo que alguna vez escribió Gasset “He reducido el mundo a mi jardín y ahora veo la intensidad de todo lo que existe”… Las tomas son tan exactas!
ResponderEliminarGenial y si alguna vez puedes tomarle una foto a una Libélula será la más linda postal!