miércoles, 7 de agosto de 2013

La globalización en mi contexto de vida



La influencia de la globalización en mi contexto de vida

Alonso Medina Miravete

            Una nueva economía, una nueva forma de vida, un mundo más integrado cultural y tecnológicamente es el contexto de los últimos años de existencia en mi actuar cotidiano. La sociedad de los años ochenta en México es diferente a la de principios del siglo XXI, donde ahora la información es rápida y vertiginosa, cambiante y abundante. Nuestra vida en este mundo de globalización es líquida como la define Bauman, donde cambia de un día para otro, donde no permanece estática.

            Morelia de los años ochenta, donde la tecnología de la información y de la comunicación aún no se presenta. Las noticias de los cambios en el mundo, la caída del muro de Berlín, las revoluciones de “terciopelo” en Europa del Este y el cambio político de la URSS nos llegan, pero sin ser completamente instantáneo, al momento. Hoy, las revoluciones en los países musulmanes, llegan a nuestras pantallas de la computadora o de la Tablet en el mismo momento en que se producen gracias a las herramientas que existen en el internet como el Facebook, YouTube, twitter. La información no pasa por el filtro editorial de las cadenas de televisión. El contacto que ha promovido la globalización es directa, entre un individuo ubicado a miles de kilómetros de distancia y que nos envía la información desde su lugar, para que lo escuchemos, para dar a conocer lo que sucede en su contexto. Hoy, la información que nosotros generamos, de igual forma recorre en segundos a otras partes de nuestra entidad federativa, llega a los mexicanos que residen en el exterior, en el país vecino del norte.

            Esta globalización, entonces, nos ha permitido comunicarnos rápidamente no únicamente a través de las voces, sino a través de las imágenes estáticas y de las del movimiento. En los ochentas del siglo pasado era difícil adquirir una cámara fotográfica por lo caro que resultaba el aparato y el revelado. No había forma de que una imagen llegase rápido a otra parte del mundo, a nuestros familiares que viven en otra latitud. Hoy esa globalización de las tecnologías, nos ha permitido adquirir cámaras fotográficas digitales relativamente económicas, algunas de ellas incluidas en los teléfonos celulares. Las imágenes que tomamos ahora, en este siglo XXI, viajan en segundos on-line, son vistas minutos o segundos después de que hemos capturado cualquier momento de nuestro presente. Sabemos que hace nuestro amigo o familiar porque su fotografía nos llega a nuestro ordenador y no hace falta que tenga que utilizarse un servicio de mensajería postal tradicional. Miles de imágenes se toman y se difunden en nuestros días. El papel fotográfico pierde su esencia, porque la pantalla se vuelve  el esquema de su publicación. Hoy podemos tomar un espacio de tiempo muy breve para capturar nuestra realidad y difundirla a cualquier parte del mundo en breves minutos. Esta globalización nos une como sociedad humana. Nos permite compartir nuestras vivencias, creencias, tradiciones, estados de ánimo, con otros seres, sin importar que sean nuestros conocidos o con gente completamente extraña y que quizás nunca tengamos la oportunidad de irlas a conocer. Un mundo virtual es nuestra nueva forma de convivencia.

            La convivencia no es la misma ya; de niños, a principios de los ochentas, era ir a jugar a los parques, al bosque, recorrer las calles y los caminos con las bicicletas, jugar al fútbol o divertirnos con los amigos afuera de las casas. Hoy, aunque se siguen conservando lazos de amistad entre las nuevas generaciones, éstas se realizan a través del internet, mediante el cual se convive para jugar videojuegos on-line, donde se hacen equipos que luchan contra otros, en juegos de estrategia. La diversión  pasó de la calle a la casa, del jardín o parque al ordenador. Se juega desde la comodidad de la habitación junto con otro joven de cualquier país lejano al nuestro, o a un vecino de otra entidad federativa. Platicar, jugar, intercambiar experiencias, ideas, pasiones, chismes, ahora se hace desde el chat, sin ese contacto visual; quizás lo visual solo llegue a través de las conferencias con la webcam. Antes, los amigos de la escuela se contaban con las dos manos, hoy, a través de las comunicaciones que la globalización ha instrumentado, tenemos cientos de amigos con los que establecemos relaciones mediante las redes sociales de la red global del internet. Múltiples ventanas del chat nos permiten comunicarnos con varios a la vez. Antes de la globalización, la comunicación solo era una persona con otra, a la que se veía cara a cara, por espacio de algunas horas, para convivir con una charla amena. Hoy, el teclado se ha vuelto la herramienta que nos permite conversar con decenas de contactos. La comunicación se ha vuelto múltiple y diversa. Nuestra libertad para comunicarnos se ha hecho una realidad, cuando en épocas pasadas no había forma de expresar y difundir nuestras ideas.

            La libertad de expresión y de pensamiento en el ayer estaba restringida por el control gubernamental de los medios de comunicación; hoy, las nuevas herramientas tecnológicas de la información y la comunicación, nos han abierto las puertas para intercambiar miles de ideas, definir nuestras posturas ideológicas y políticas sobre diversos temas, aprovechando que la internet es el nuevo medio para comunicarlas, para expresarlas, para plasmarlas y que los demás opinen, discutan a favor o en contra, sin que haya realmente un ente que controle lo que se publica y se dice. Ayer, los medios de comunicación nos decían que opinar y que decir; hoy tenemos ya la libertad, mediante la red, de decir lo que queramos, sin que nadie nos diga cuál es la línea editorial en la que debemos de encauzarnos. Los medios de comunicación tradicionales han estado perdiendo influencia, mientras que las nuevas generaciones usan el internet para informarse, para expresarse, para ejercer su derecho de pensamiento y de opinión. Hoy, la globalización nos ha permitido asumir plenamente el derecho a la libre expresión. El ayer, está quedando atrás, la censura es un ser que fenece en las redes sociales de las nuevas comunicaciones.

            Las comunicaciones hoy día son diferentes a las del pasado. Hoy, es fácil comunicarse con otras personas a través del internet y además, mediante los teléfonos celulares. En el pasado, había que quedarse esperando a recibir la llamada en el teléfono fijo de la casa. Hoy, nos movemos por la ciudad y podemos hacer llamadas y recibirlas, sin importar los horarios y los lugares en donde nos encontremos. La globalización nos ha permitido que dejemos en parte cierto sedentarismo y que no nos limite a estar de nómadas incomunicados. Movimiento ha traído en los negocios, en los trabajos, múltiples actividades poder hacer. El teléfono móvil, que recibe y manda mensajes de texto e imágenes, nos da libertad de movimiento. Liquidez y más liquidez en nuestro actuar. Lo estático se diluye en la globalización.

            Sin duda, la globalización económica en lo que ha beneficiado a México es en la adquisición de la tecnología de las comunicaciones y de la información. Esta es económica, por un  buen arreglo en la negociación del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos de América. Quizás en otros rubros de la economía ha perjudicado a parte de la población, pero sí ha generado otros beneficios. Quien accede a estos dispositivos tecnológicos y está en la web, tiene acceso a un cúmulo de conocimiento y de información, realmente a una avalancha de nuevas cosas, de noticias, de productos de investigación, de bibliotecas digitales.

            La apertura económica nos ha traído tecnologías, que han cambiado nuestra visión del mundo, que han hecho que nuestra vida sea más placentera porque dichos productos nos permiten ahorrar tiempo en hacer las cosas, nos han hecho más productivos, nos permiten hacer más actividades en menores tiempos.

            Hoy por hoy, la tecnología digital, ha permitido que el gobierno, las empresas y la sociedad civil establezcan un mayor contacto entre sí y entre la sociedad en general. La transparencia de la información se vuelve cada día una realidad con el paso del tiempo. Hoy más fácil intercambiar ideas y sobre todo formar una conciencia colectiva a través de una comunicación fluida y rápida. La comunicación se está democratizando, aunque no ha sido suficiente para democratizar la vida pública y política; pero hoy, mediante el internet, se forman nuevas presiones para los políticos, porque ahí se forma una opinión pública, influyente y que poco a poco va adquiriendo mayor poder.

            La globalización no únicamente ha traído nuevas inversiones, transferencia de tecnología, nuevos conocimientos, intercambio cultural, sino que fundamentalmente nos ha traído una mayor comunicación entre los humanos, aunque sigue latente las barreras idiomáticas para que avance esa comunicación.

            Mi contexto actual es esa, una comunicación mayor con los semejantes, no a través del contacto visual cara a cara, sino a través de las redes sociales del internet. Nos comunicamos de forma instantánea, en segundos, a través de nuestra voz, de imágenes y texto. No hay límites a la libertad de expresión y opinión. El autoritarismo del viejo sistema se derrumba a pasos agigantados con esta globalización de la comunicación humana.

Ensayo que elaboré para una asignatura que estudio en línea en la UNADM.